Un poquito de su historia…
La palabra Yoga viene de la palabra bíblica Yugo que se originó de la palabra raíz en sánscrito jugit, ambas significan unir. Así, Yoga es la unión de la consciencia individual con la consciencia infinita.
Existen sellos de piedra con figuras de posturas de yoga que datan del ~4500 a.C. Las primeras pruebas escritas se encuentran en las escrituras védicas, particularmente en el Rig-veda y en el Atharva-veda, las cuales se remontan al año 2500 a.C.
Durante el periodo comprendido entre los años 500 y 1500 de nuestra era, hubo muchos maestros y corrientes de yoga que organizaron comunidades y movimientos espirituales con influencia a nivel espiritual y social. A partir de 1500, los objetivos espirituales, profundos y holísticos del yoga, empezaron a decaer, volviéndose cada vez más simples y mundanos.
Yoga
Atmakaruna, promueve el Yoga como una práctica holística, buscando el equilibrio Cuerpo/Mente/Alma.
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Cuerpo. El cuerpo físico es el templo básico en el que podemos depositar la felicidad. Este sistema funcional requiere cuidado, el Yoga nos ayuda a hacer mejor uso de nuestro cuerpo físico.
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Mente. “Como piensas eres”. Todo depende de nuestra perspectiva mental, pues la mente guía nuestras acciones y emociones. Cuando existe una presión constante, la mente pierde su capacidad natural de recuperarse. El Yoga nos ayuda a ser conscientes de nuestra divinidad e independientes de factores externos que creemos necesitar para sentirnos bien.
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Alma. Hace referencia al flujo general de la energía cósmica. El Yoga nos ayuda a entender nuestra relación con esa energía infinita para sintonizarnos y realizar nuestro propósito personal y experimentar la felicidad profunda de la existencia.